Día Internacional de la Alimentación: La importancia de la agrofloresta en el futuro de la producción de alimentos

El Día Internacional de la Alimentación, establecido por la ONU y que se celebra el 16 de octubre, pretende generar consciencia en todo el mundo sobre los retos relacionados con la seguridad alimentaria y la sostenibilidad. La crisis climática, la degradación medioambiental y la desigualdad social exigen la adopción de sistemas alimentarios que promuevan la autosuficiencia y la regeneración de los ecosistemas.

Una solución que ha demostrado su eficacia es el Sistema Agroforestal (SAF), que está siendo implementado por la Comunidad-Luz Flor delSagrado Tepui, en Roraima, y promovido por la Misión Roraima Humanitaria a través del Centro Cultural y de Formación Indígena (CCFI), bajo la gestión de la Fraternidad- Misiones Humanitarias Internacionales (FMHI).

Sistema agroforestal, conocimiento ancestral vigente

El SAF es un método ancestral que combina la plantación de árboles y cultivos agrícolas, reproduciendo la dinámica de los ecosistemas naturales. Esta práctica no solo contribuye a diversificar la producción de alimentos, sino que también mejora la calidad del suelo y fomenta la biodiversidad.

En la Comunidad-Luz Flor do Sagrado Tepui, en Roraima, la implantación del SAF ha permitido recuperar suelos degradados y generar un espacio de autosuficiencia progresiva. Fray Faustino, monje de la Orden Gracia Misericordia y precursor del proyecto, explicó que este sistema busca regenerar el suelo y crear las condiciones para una siembra equilibrada y autorregulada, como ocurre naturalmente en los bosques.

Este tipo de iniciativa refuerza uno de los principios de las Comunidades-Luz: el amor a la naturaleza y el cuidado del Reino Vegetal. A través de una red de apoyo, se obtuvieron semillas, insumos y plantines de diferentes fuentes, consolidando las relaciones con las instituciones locales. La agrofloresta no solo busca la autosuficiencia de la comunidad, sino que también espera ampliar su alcance, donando excedentes a poblaciones vulnerables.

El trabajo colaborativo como pilar de la práctica agroforestal

Un aspecto clave en la implantación de estos sistemas ha sido la colaboración con las comunidades indígenas, especialmente los pemons-taurepangs. Estos indígenas, que emigraron a Brasil desde Venezuela, han encontrado en la práctica agroflorestal una forma de dar un impulso positivo a sus comunidades. Como comenta Ricardo Rodríguez, miembro de la comunidad pemon, “la técnica agroforestal es una experiencia nueva para nosotros, que podemos enseñar en nuestras comunidades, contribuyendo a la autosuficiencia que necesitan”.

Gracias a un intercambio promovido por el Centro Cultural yde Formación Indígena (CCFI), varios miembros de la comunidad pemon-taurepang recibieron formación agroflorestal en la Comunidad-Luz Figueira, en Minas Gerais. Durante dos meses, aprendieron no slo a plantar, sino también a gestionar el agua, procesar alimentos y conservar semillas. Fray Renato, responsable de la formación, destaca que este intercambio fue enriquecedor para ambas partes, creando un espacio para compartir conocimientos.

Además de este intercambio, los indígenas han sido de gran ayuda en la implementación del sistema agroforestal en la Comunidad-Luz de Roraima. A través de su participación en las jornadas de trabajo comunitario voluntario, los mutirões, han contribuido con su fuerza y sabiduría a la regeneración del suelo y a la plantación de cultivos. Según Fray Thomas, coordinador de la Comunidad-Luz de Roraima, «el trabajo cooperativo y la unión de esfuerzos son pilares para la implantación de este sistema».

Esfuerzos fructíferos

El proyecto agroforestal en la Comunidad-Luz Flor do Sagrado Tepui se desarrolló en un área de poco más de media hectárea, con cerca de 500 árboles frutales, incluyendo plátanos y cocoteros. El cultivo de mandioca ya satisface las necesidades de la Comunidad-Luz y pronto lo hará también el de plátanos.

La agrofloresta es también un espacio de aprendizaje. La Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI), en un esfuerzo conjunto con la Comunidad-Luz de Flor do Sagrado Tepui, en Roraima, organizó en 2024 un nuevo curso de manejo agroforestal para los indígenas pemon, que, a su vez, replicarán estos conocimientos en sus comunidades. También se están aplicando técnicas de fertilización natural, utilizando residuos orgánicos para regenerar el suelo. Todo este cuidado se refleja en la calidad vital de los alimentos producidos.

Fray Thomas concluye que este proyecto no solo ofrece alimentos saludables, sino que también promueve una profunda conexión con la naturaleza, regenerando tanto la tierra como la consciencia humana.

Vea el siguiente video para saber más sobre la enriquecedora experiencia con las comunidades indígenas. Fray Thomas y Ricardo Rodríguez, un indígena pemón, comparten su testimonio, fruto del trabajo colaborativo.

La sostenibilidad es el camino a seguir

El Día Internacional de la Alimentación nos recuerda la importancia de adoptar sistemas alimentarios sostenibles. La agrosilvicultura, una práctica ancestral revitalizada, no solo responde a la necesidad de producir alimentos, sino que también promueve la regeneración ecológica y el empoderamiento de las comunidades vulnerables. La Misión Roraima Humanitaria y sus colaboradores, el Centro Cultural y de Formación Indígena y las comunidades indígenas, están demostrando que la cooperación y el respeto por la naturaleza pueden abrir caminos hacia un futuro más equitativo y sostenible.