Sábado, 4 de febrero
Al llegar al CRI – Centro de Referencia al Inmigrante, los misioneros encontraron a los refugiados limpiando el lugar. “Esto para nosotros fue una gran y agradable sorpresa ver que ya están incorporando estos códigos de orden y limpieza que hemos hablado con ellos desde el principio”, dijo Clara, misionera de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional.
Indígenas que están con varicela recibieron atención de los misioneros.
El trabajo en la cocina fue hecho por los líderes indígenas, ya que el personal responsable no se encontraba. Se llevó a cabo un trabajo grupal voluntario para armonizar la cocina, seleccionar tomates y limpiar el lugar.
Actividades de los niños junto a la naturaleza (juegos, entretenimientos, merienda) en la plaza cerca del CRI, participaron en una actividad de higiene bucal así como también en clases de warao, portugués, español y matemáticas. “Los niños están muy felices con las clases de matemáticas, aprendiendo a hacer las cuentas y la asociación con los números”, dijo Clara.
Llegaron 30 nuevos refugiados al CRI, entre ellos, 22 indígenas de la etnia warao. Se realizó el censo de las familias, así como la entrega de kits de higiene personal, ropas, mosquiteros y vitaminas para los niños. “Ellos llegaron en una situación muy difícil, muy sucios y los niños presentaban un nivel alto de desnutrición. Dijeron que vivían en una región de ríos y montañas en Venezuela, que fueron amenazados y tuvieron que salir rápidamente del lugar adonde vivían”, explicó Clara.
Se evaluó la situación de un niño de 2 años de edad que parece estar desnutrido.
Se recibió una familia de venezolanos no indígenas con dos hijos y la hija menor tiene discapacidad mental.
La “Granja de la Esperanza”, institución vinculada a la Iglesia Católica, hizo una donación de 205 marmitas para la cena.
Llegada de dos gatitos en el CRI.