Los talleres de ajedrez brindan bienestar y educación a los niños y jóvenes venezolanos de refugios en Roraima

Los talleres se llevan a cabo desde mayo. El juego lúdico ayuda a desarrollar habilidades cognitivas.

Son como dos brazos de un río que se unen. En general, no hay diferencias, todas las partes tienen las mismas piezas, las mismas posibilidades, dice la hermana Carmela, monja misionera de la Fraternidade-Federación Humanitaria Internacional,  FFHI, sobre el juego del ajedrez.

Desde mayo, los niños y adolescentes venezolanos en Boa Vista, en el estado de Roraima, participan en talleres semanales de ajedrez promovidos por la organización. Las clases comenzaron en el refugio Nueva Caná y en julio también se implementaron en el refugio indígena Pintolândia.

El juego está destinado a brindarles, especialmente a los menores,  apoyo educativo, dice Carmela, uno de las coordinadores de los talleres.

Desde agosto, los talleres han contado con el apoyo y la orientación de Edgard Zanette, profesor de filosofía y fundador del club de ajedrez de la Universidad Estatal de Roraima (UERR).

Me sentí muy feliz de poder insertarme en el proyecto de ajedrez que tenemos, difundir el juego y llevar a los niños al mundo lúdico del ajedrez, dice el profesor.

Divertido, el ajedrez es conocido por su capacidad para desarrollar la creatividad, el razonamiento matemático, el pensamiento crítico y promueve mejoras en la autoestima, la paciencia y la empatía.

Cómo empezó

Oficinas de xadrez em Roraima

La primera actividad, explica la hermana Carmela, surgió de forma espontánea en el refugio de Nueva Caná.

Poníamos un tablero en el comedor y esperábamos a los interesados. A lo largo de los días, se formó un buen grupo de niños y jóvenes, dice.

El interés de los niños en el juego llevó al equipo misionero, con la ayuda de los mismos jóvenes, a hacer nuevas tableros con los materiales disponibles en el lugar, como cartulinas, cajas, espuma de poliestireno e incluso un palo de  escoba.

Posteriormente, los juegos provisorios fueron reemplazados por tableros de madera hechas a través de donaciones y del apoyo de ACNUR.

La hermana explica que el cuidado adecuado con las piezas y los tableros es una herramienta educativa. También incentivamos a los niños a ser responsables de los juegos, porque si se pierde una pieza, todo el juego pierde sentido. También incentivamos a los niños a ser responsables de los juegos, porque si se pierde una pieza, todo el juego pierde sentido, dice la misionera.

Expansión del Proyecto

Oficinas de xadrez em Roraima

Edgard tuvo contacto con el trabajo realizado en los refugios en agosto, y comenzó a asistir a clases todos los sábados en el refugio de Nueva Caná llevando, también, a estudiantes del curso de Filosofía UERR.

Como resultado, algunos niños ya han sido invitados a participar en un torneo de ajedrez, organizado por el profesor, que tendrá lugar en diciembre de este año.

Además, el 7 de noviembre y por invitación de Allan Ciro, profesor de ajedrez en la Villa Olímpica Roberto Marinho, los jóvenes refugiados visitaron el club municipal, donde pudieron conocer la infraestructura del lugar y tener contacto con diferentes realidades. La idea fue llevarlos a jugar con otros niños para que salieran un poco de los refugios y vieran que no hay diferencias en el tablero, dice la monja.

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