Del lunes 16 al domingo 22 de julio próximos se llevará a cabo la 38.ª Vivencia Misionera de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional (FFHI). Todos los que sientan el impulso de servir en grupo a los más necesitados tendrán aquí la oportunidad de hacerlo, por espacio de una semana.
Las Vivencias Misioneras intentan llevar un poco de amor y alegría, así como servicios de apoyo a familias de escasos recursos, instituciones sociales (asilos, albergues de personas en situación de calle, centros de recuperación de adictos, etc) y a los Reinos de la Naturaleza. Se realizan todos los meses, en locales de Carmo da Cachoeira y ciudades vecinas, en el estado de Minas Gerais, Brasil.
Las Vivencias Misioneras sirven también como escuela de formación para otras Misiones Humanitarias emprendidas por la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, como la Misión Roraima Humanitaria (asistencia a refugiados venezolanos en el estado de Roraima, Brasil) y otras que tienen lugar en diversas partes del mundo.
Vivencia de junio
En la última experiencia, desarrollada entre el 11 y el 16 de junio pasados, los participantes sirvieron en Carmo da Cachoeira, Nepomuceno y Varginha.
Ellos comenzaron la semana en la Casa de Acogimiento de San José, donde introdujeron mejoras en la huerta e iniciaron la construcción del piso para una pequeña fábrica de ladrillos que dará ocupación terapéutica a los acogidos. El local ofrece soporte espiritual y alojamiento a hombres en situación de calle que quieren realizar el esfuerzo de rehabilitarse integralmente. También recibe a vagabundos que llegan en busca de descanso y un plato de comida. Tiene como base la oración, la vida grupal y el servicio comunitario. Se trata de una casa cedida por la Prefectura de Carmo da Cachoeira y atendida por misioneros de la Fraternidade y voluntarios de la Red-Luz.
Experiencia gratificante
El segundo día se realizó una tarea grupal de limpieza y armonización en la vivienda de una familia de escasos recursos de Carmo da Cachoeira. “Fue una experiencia muy gratificante, muy conmovedora, trabajar todos en equipo, ver cómo va cambiando un ambiente que estaba en malas condiciones, ver la alegría de los moradores, lo más lindo es sentir como todos nos movemos por el mismo objetivo”, compartió Alejandro Oliarte, voluntario de la Argentina.
El tercer día, los participantes se organizaron en tres grupos: uno finalizó la armonización de la vivienda asistida el día anterior, otro visitó la escuela Luciana Reis Vilela de la APAE (Asociación de Padres y Amigos de Excepcionales) y otro prestó apoyo en la Casa Lar, un hogar municipal de niños en situación de vulnerabilidad. En la sede de la APAE, los voluntarios compartieron con los alumnos especiales narración de cuentos y otras presentaciones que despertaron sonrisas y mucha alegría.
Las otras actividades de la semana fueron: visita al hogar de ancianas de las Samaritanas, en Nepomuceno; visita al Hogar Betesda, un centro evangélico de rehabilitación de adictos; y al asilo San Vicente de Paul de Carmo da Cachoeira. También hubo distribución de ropas en el Galpón de San José, un depósito administrado por los misioneros de la FFHI.