Con el objetivo de promover la reflexión sobre las condiciones de existencia de los pueblos indígenas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se celebra el 9 de agosto.
La fecha se rememora anualmente en referencia al día de la primera reunión del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre las Poblaciones Indígenas y aporta importantes pautas sobre derechos humanos y sobre cómo estos derechos instituidos pueden proteger a los pueblos indígenas, el respeto a sus culturas, a las diferentes lenguas y a la preservación de sus costumbres.
Según un informe presentado por la ONU, hay cerca de cuatrocientos setenta y seis millones de indígenas en el mundo, de los cuales cuarenta y cinco millones viven en Latinoamérica, muchos habitan las tierras de la Amazonas y otras regiones de Sudamérica.
«El Día de los Pueblos Indígenas nos recuerda la importancia de la inclusión de las naciones indígenas como parte fundamental de la humanidad, ya que son los guardianes de los Reinos de la Naturaleza y tienen la significativa tarea de manifestar la sabiduría ancestral. Por eso, estos pueblos se han expresado en el fortalecimiento de sus comunidades en las áreas sociales y políticas y en proyectos de desarrollos económicos que buscan la integración en la sociedad en su conjunto», destaca el director de Soluciones Duraderas del Centro Cultural y de Formación Indígena (CCFI), gestionado por la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), con sede en Boa Vista, Roraima.
Pueblos indígenas venezolanos en situación de migración y refugio
Con un creciente flujo migratorio venezolano que se expande cada vez más por el territorio brasileño, el desplazamiento internacional forzado de los pueblos indígenas es una situación que requiere una atención especial por parte de las organizaciones que actúan en las crisis humanitarias, pues a la condición de refugiado se añade el factor de la diferencia cultural. Ya son miles de Warao, E’nepa, Pemon, Tauerepang y otros grupos étnicos oriundos de Venezuela viviendo en Brasil.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), de los más de cinco mil indígenas venezolanos registrados en territorio brasileño, tres mil doscientos son refugiados, es decir, cumplen los requisitos legales de individuos que dejaron su país o territorio forzadamente por temor fundado a la persecución o a las continuas violaciones de los derechos humanos.
La Fraternidad – Humanitaria (FFHI) fue la primera organización que llegó a Roraima en 2016, para una acción de emergencia, que, dada la continua demanda, se convirtió en una misión permanente, dando lugar a la Misión Roraima Humanitaria.
Desde entonces, se han sucedido diferentes etapas de la respuesta humanitaria, y la Fraternidad – Humanitaria (FFHI) participó en todas las fases y sigue trabajando para perfeccionar la ayuda humanitaria, especialmente para los pueblos indígenas.
Gestionó los primeros albergues exclusivos para indígenas en Roraima y actualmente coordina el Centro Cultural y de Formación Indígena(CCFI), un espacio seguro y culturalmente adaptado para la inclusión socioeconómica de migrantes indígenas, refugiados e indígenas de las comunidades anfitrionas brasilerñas, a través del Programa de Formación Continua, emprendimientos y acceso al mercado laboral.
Según Imer, el CCFI propicia la «coexistencia pacífica entre los pueblos indígenas migrantes y los refugiados étnicos venezolanos, guyaneses y brasileros». Genera posibilidades de manifestación genuina de sus culturas y promueve el fortalecimiento de sus costumbres y tradiciones a través de diversas actividades para el desarrollo de los individuos, grupos y comunidades.»
En este día en el que tenemos la oportunidad de celebrar y reflexionar sobre una fecha tan importante, es cada vez más necesario que se reconozcan los derechos de los pueblos indígenas y que el mundo muestre más solidaridad y respeto por sus conocimientos y sabiduría ancestrales.