Un ejercicio de ciudadanía y preservación cultural para los pueblos indígenas venezolanos en Brasil.
Desde 1967, el 8 de septiembre se celebra, en todo el mundo, el Día Internacional de la Alfabetización (DIA) para recordar a los políticos responsables, a los profesionales y al público en general la importancia de la alfabetización en la promoción de una sociedad más alfabetizada, justa, pacífica y sostenible.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO): «En 2022, al menos uno de cada siete adultos mayores de 15 años (754 millones) carecerá de habilidades básicas en lectura, escritura y cálculo. Además, millones de niños luchan por adquirir unos niveles mínimos de competencia en lectura, escritura y aritmética, mientras que alrededor de 250 millones de niños de entre 6 y 18 años están sin escolarizar.»
En 2024, abordaremos el Día Internacional de la Alfabetización centrándonos en la importancia de adoptar prácticas que tengan en cuenta la diversidad lingüística y cultural, especialmente en las zonas donde se hablan varias lenguas. Este enfoque es particularmente eficaz debido a sus beneficios cognitivos, pedagógicos y socioeconómicos, lo que empodera a las personas multilingües involucradas en la propuesta. De este modo, se pretende que la alfabetización consiga implantar su potencial para promover el entendimiento mutuo, la cohesión social y la paz.
En este contexto y en consonancia con esta propuesta de integración y educación, la Fraternidad – Misiones Humanitarias Internacionales(FMHI), a través del Centro Cultural y de Formación Indígena (CCFI), promueve la alfabetización en portugués brasileño e incentiva el multilingüismo entre los refugiados indígenas venezolanos que actualmente viven en albergues de Boa Vista.
La Fraternidad- Misiones Humanitarias (FMHI) celebra una nueva edición del curso de Alfabetización y también inaugura el Espacio de Expresión Cultural.
Uno de los principales retos de este curso de alfabetización fue integrar de forma constructiva la diversidad lingüística de los alumnos. Los alumnos proceden de diferentes etnias y pueblos indígenas, hablan diferentes lenguas maternas, tienen el español como segunda lengua y conviven con el portugués, que es la lengua oficial de Brasil. En muchos casos, este curso representó la primera instancia de alfabetización para los alumnos indígenas, ya que no habían aprendido español en Venezuela. En esta edición participaron más de 20 alumnos de 5 etnias diferentes, con una forma antropológica y cultural distinta de relacionarse y participar en el proceso de aprendizaje.
Para superar estos retos y lograr el éxito en el aprendizaje del portugués, preservando las culturas indígenas y fortaleciendo sus identidades lingüísticas, se adoptaron estrategias pedagógicas dirigidas específicamente a enseñar a las comunidades indígenas a integrar las habilidades de lectura y escritura y de los fundamentos matemáticos básicos, mientras intercambian palabras de sus lenguas maternas.
Esta formación fue impartida en las instalaciones del CCFI por profesores del Centro Educativo Macunaíma, institución asociada a la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI). El curso tuvo una duración de tres meses, con una carga horaria de 200 horas para los alumnos que asistieron diariamente de lunes a viernes.
Asimismo, la inauguración del Espacio de Expresión Cultural creó un espacio único y un contexto mejor estructurado para la realización de una propuesta educacional integrada. Este espacio surgió espontáneamente, por un lado como una demanda del propio público indígena y, por otro, como un proyecto del profesor Alberto, indígena venezolano del pueblo E’ñepa, un espacio para transmitir su lengua, costumbres y tradiciones a los niños y jóvenes de su comunidad, lo que ya venía haciendo en el albergue para migrantes indígenas venezolanos.
El Sector de Intervención de Educación en Situaciones de Emergencias y Respuestas Humanitarias consideró que podía ofrecer un mayor apoyo al proyecto del profesor Alberto y puso en marcha al Espacio de Expresión Cultural en el CCFI.
El Espacio de Expresión Cultural funcionó durante tres meses, tres veces por semana, dando lugar a un programa muy fructífero en el que participaron 28 niños y jóvenes de entre 8 y 14 años. Ricardo Treno, servidor humanitario de la Fraternidad- Misiones Humanitarias (FMHI), afirma que fue muy interesante cómo se superó de forma natural la estratificación por edades a la que estamos acostumbrados en la educación tradicional. De forma muy espontánea, los niños mayores apoyaron y animaron a los más pequeños en su proceso de aprendizaje.
El profesor Alberto nos señaló la importancia de motivar a los niños que están en edad escolar y a sus padres para que los acompañen en este proceso y también para que participen en el espacio. También nos muestra el gran desafío de la integración en este espacio de adaptación que reúne a niños y adolescentes de diferentes etnias (principalmente Warao y E’ñepa) que se encuentran en las etapas de pre-alfabetización y alfabetización y que también asisten a escuelas municipales formales. En este sentido, las instalaciones y el apoyo del CCFI proporcionaron un mejor ambiente para el proceso de enseñanza y crearon mejores condiciones para crear un espacio de adaptación y evaluación del desarrollo de los niños y adolescentes.
Larisse Santos, asesora pedagógica del Centro Educacional Macunaíma, nos dijo en una entrevista que el curso de alfabetización también resultó una experiencia muy exitosa, en la que fue posible ver un gran progreso en el conocimiento matemático, en contraposición a las dificultades para los conocimientos en las áreas de letras. Sin embargo, a partir de esta dificultad, fue posible observar más claramente la proactividad de cada grupo étnico para hacer sus aportes y así colaborar en el aprendizaje colectivo.
Aclaró que las prácticas pedagógicas utilizadas para enseñar a leer y escribir en este contexto multilingüe se centraban principalmente en los procesos motores y perceptivos, para garantizar que los participantes recibieran una educación inclusiva que valorara sus conocimientos y habilidades tradicionales. Este tipo de enseñanza coloca a la implicancia de sentir y percibir en el centro del proceso de aprendizaje. Un ejemplo que nos dio fue la propuesta educativa de que los alumnos probaran diferentes frutas para poder construir un mayor aprendizaje a partir de esa experiencia.
Fátima y Rosele, profesoras del Centro Educativo Macunaíma, compartieron con nosotros que, dada la diversidad de edades de los alumnos del curso de alfabetización (entre 14 y 69 años), el objetivo fue que todos aprendieran a comunicarse de forma transgeneracional y también que fueran capaces de desenvolverse para integrarse a la sociedad, ya sea buscando trabajo o solicitando una jubilación.
Las profesoras hicieron hincapié en que este curso era una propuesta de aprendizaje personalizada. Hubo actividades en grupo y también se atendió a los participantes individualmente, de modo que cada uno pudo tener su propio espacio para mostrar sus progresos en lectura y escritura y recibir las correcciones individualmente. Con este enfoque, fue posible integrar a los alumnos que ya sabían hacer pequeñas lecturas con los que empezaban a aprender el alfabeto y la formación de sílabas.
En el Espacio de Expresión Cultural, la metodología se centra en la alfabetización de los más pequeños hasta de los mayores. Ejercitan la lectura, la escritura y la forma de contar lo que escriben. Además, entre las actividades, hacen dibujos y proyectos e intentan mantener un enfoque lúdico durante todo el proceso.
Alberto también se dedica a difundir entre sus alumnos lo que significa ser E’ñepa, cuáles son sus orígenes y dónde viven. Intenta trasmitirles a sus alumnos de dónde viene su pueblo y hacia dónde quiere ir, con el objetivo de restablecer su identidad cultural y fomentar que sea revalorizada y mantenida a través de las generaciones. El trasfondo de la enseñanza en este proyecto es inculcar el respeto a los padres y a las enseñanzas familiares en la vida cotidiana. Al mismo tiempo, este espacio también sirve para aumentar el nivel de conocimientos de los niños y adolescentes de las comunidades indígenas, de modo que puedan prepararse para centrarse en la alfabetización y el aprendizaje del español y el portugués.
Ricardo Treno resalta que este Espacio de Expresión Cultural está siendo una gran oportunidad para que los indígenas e’ñepa se acerquen al campo de la formación y al CCFI. Anteriormente, el pueblo E’ñepa había tenido una participación muy activa en el CCFI a través de ferias interculturales, talleres artesanales y fundamentalmente de conocimientos prácticos; sin embargo, no habían participado en capacitaciones más teóricas o técnicas.
El Espacio de Expresión Cultural marca una victoria en la medida en que logra incluir y acompañar a los más jóvenes de un grupo que, en muchos casos, desconoce el español o el portugués y se ve limitado en su capacidad de comunicación con el medio social en el que se encuentra actualmente. Ricardo también destaca que la presencia del profesor Alberto en el CCFI representa un papel fundamental e insustituible para forjar este puente entre las lenguas indígenas, el español y el portugués, así como sus respectivas tradiciones y culturas.
Aníbal García Medina y Eva González, dos alumnos del curso de alfabetización, compartieron con nosotros la alegría de aprender el alfabeto en portugués, a escribir sus nombres, a leer y también los números del 1 al 100. Otro compañero, Justo Tobar, nos dijo que estaba orgulloso porque había aprendido las vocales, las consonantes y a hacer cuentas. Nos contó que estaba motivado para empezar otro curso cuando terminara el de alfabetización. Quería seguir aprendiendo para mejorar y poder trabajar. También se prestó a apoyar a los demás compañeros que aprendían con él.
«Con alegría, inteligencia y naturalidad, los niños del Espacio de Expresión Cultural se despliegan en sus actividades y, a través de la música, del canto y del recitado de versos, los más pequeños muestran su expresión florida y expansiva». Así lo relató Sarah, servidora del Sector de Intervención en Educación en Emergencias y Respuestas Humanitarias asignada a la tarea, quien también compartió con nosotros la experiencia de haber entrado en contacto con padres e’ñepa que, a pesar de sus dificultades para expresarse en español y portugués, apoyan con gusto a sus hijos, que ahora asisten a escuelas de educación formal. Esto demuestra un gran paso en el proceso de integración de los pueblos indígenas en la sociedad actual en Boa Vista, Roraima, Brasil.
Larisse Santos destacó que uno de los principales objetivos de la alfabetización era que los alumnos fueran capaces de comunicarse e integrarse a la sociedad del lugar donde viven y sentirse parte del país. De este modo, esta propuesta formativa ha contribuido al empoderamiento de los pueblos indígenas, aumentando su autonomía, participación social e inclusión en el mercado laboral, y al mismo tiempo a la preservación de las lenguas indígenas y las culturas tradicionales. Así, Romeo, alumno del curso de alfabetización, nos dijo que estaba feliz de aprender sobre una cultura diferente a la suya, que es la de Brasil. La inclusión social es un proceso continuo que debe llevarse a cabo en la sociedad y la alfabetización forma parte de ello como una puerta abierta que da la bienvenida al proceso migratorio por el que están pasando las comunidades indígenas venezolanas refugiadas en Brasil.
La propuesta de la Fraternidad – Misiones Humanitarias(FMHI) es continuar promoviendo la alfabetización y el multilingüismo como ejercicio de ciudadanía y preservación cultural de los pueblos indígenas venezolanos en Brasil. Además de continuar con los cursos de alfabetización, que han demostrado ser experiencias de aprendizaje e integración muy fructíferas, la propuesta de la Fraternidad- Misiones Humanitarias (FMHI) es seguir desarrollando el Espacio de Expresión Cultural. Este proyecto, junto con el profesor Alberto, tiene como objetivo incluir a otros pueblos indígenas que viven en los albergues y construir un espacio para transmitir, compartir y profundizar los valores y tradiciones de los pueblos originarios.
El profesor Alberto también nos cuenta sobre su gran motivación para continuar con esta iniciativa, que es de gran importancia para los niños y jóvenes, a quienes ha visto muy motivados para seguir aprendiendo, e invita a las instituciones y personas que quieran apoyar esta iniciativa a acercarse.