Establecido por las Naciones Unidas para crear consciencia en los pueblos, gobiernos y grupos de todo el mundo sobre la importancia de las actividades voluntarias y filantrópicas, el Día Internacional de la Caridad, que se celebra el 5 de septiembre, es también una oportunidad para mostrar cómo las acciones solidarias alivian los efectos de las crisis humanitarias, contribuyen a la erradicación de la pobreza y promueven el desarrollo sostenible.
«La caridad representa el principio de fraternidad no como concepto o idea, sino como práctica. En escenarios de crisis humanitaria, la acción caritativa de donarse al otro, la hospitalidad fraterna de los que se han vuelto vulnerables en la crisis, tiene un gran poder equilibrante», subraya Fray Thomas, asistente de la coordinación regional de la Misión RoraimaHumanitaria.
«Los gestos concretos de caridad en los tiempos actuales nos permiten ampliar nuestros lazos con otras personas, profundizar el sentimiento de conexión amorosa con todos los seres, tanto nuestros semejantes como los animales y el medio ambiente en su conjunto, con quienes compartimos este planeta», añade la servidora humanitaria voluntaria Angélica, que, entre varias misiones, trabajó en la Misión Angola Humanitaria.
La Fraternidad- Misiones Humanitarias Internacionales (FMHI)trabaja desde 2011 con el objetivo de sembrar amor y paz en la humanidad, prestando auxilio a los que más lo necesitan y vivenciando la caridad en la práctica diaria en las diferentes misiones humanitarias que realiza en distintas regiones del mundo.
Un ejemplo de caridad y amor al prójimo
El Día Internacional de la Caridad se instituyó en homenaje a la Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz, fallecida el 5 de septiembre de 1997.
Durante más de 45 años, la Madre Teresa de Calcuta ayudó a los enfermos, huérfanos y pobres de la India. Sus acciones son una expresión viva de solidaridad y de amor al prójimo.
«Las Misioneras de la Caridad, la orden fundada por la Madre Teresa, son un ejemplo de amor y caridad al prójimo, no sólo en el ámbito humanitario, sino para todos los sectores que se ocupan de la vulnerabilidad social. En términos proporcionales, no son muchas, pero están repartidas por todos los continentes, trabajando con los más pobres entre los pobres. Cumplen su misión con abnegación, sencillez y alegría. En varias misiones de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) en lugares muy necesitados, como África, la respuesta humanitaria se ha construido junto a las actividades de servicio que ya prestaban a la población local las Misioneras de la Caridad», comenta fray Thomas.
La caridad al servicio de la esperanza
Con el agravamiento de las crisis humanitarias, se hace cada vez más necesario reforzar las iniciativas de ayuda fraterna a las poblaciones afectadas, no sólo como forma de aliviar el sufrimiento, sino también con la consciencia de que el servicio caritativo siembra la paz.
La Madre Teresa de Calcuta instruía que como «Misterio de la Unidad, la caridad no se puede enseñar, sino practicar y vivir». Y es en este principio que se basan todas las acciones de la Fraternidad -Misiones Humanitarias (FMHI), posibilitando y ofreciendo oportunidades de servicio y aprendizaje a todos los que se animan a trabajar por la construcción de un mundo más fraterno.
«La Madre Teresa es un ejemplo del amor desinteresado y altruista que puede guiarnos cuando decidimos seguir un camino de servicio. Su legado de humildad, sacrificio, entrega y consuelo sigue inspirándonos y acompañándonos», subraya Angélica.
En palabras de la Madre Teresa: «Vivir la caridad es disponer el corazón a servir al prójimo. Es una forma de construir caminos de esperanza, solidaridad y compasión para hacer del mundo un lugar más justo y fraterno para todos».
Conozca las misiones humanitarias que lleva a cabo la Fraternidad – Misiones Humanitarias Internacionales (FMHI).
