Creado en 1987 por las Naciones Unidas (ONU), el Día Mundial de la Alfabetización, 8 de septiembre, busca resaltar el proceso de alfabetización que es la base de la educación, un derecho humano explicitado en la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).
La educación garantiza el desarrollo y pleno ejercicio de la ciudadanía, derechos esenciales y, por su importancia, la ONU estableció como el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 4, el acceso a la educación de manera inclusiva.
Cuanto mayor sea el acceso a la alfabetización, mayores serán las posibilidades de mejores oportunidades en el mercado laboral, mejor calidad de vida, integración social y ocio.
Pero el acceso a la educación formal, a pesar de los avances de los últimos años, sigue siendo un desafío actual a la hora de la elaboración de políticas públicas en los países.
En un contexto de migración, en general, este derecho se ve aún más amenazado por la situación de crisis y movilidad de las familias que, además, hablan otros idiomas.
Según la coordinadora del Sector Arte-Educación de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), y monja de la Orden Gracia Misericordia, hna. María de Lourdes, muchos niños indígenas venezolanos migrantes, que llegaron a Roraima, nunca tuvieron la oportunidad de ingresar a una red de educación formal en su país de origen. Algunos llegaron bebés, hace unos cinco años, antes de la edad escolar.
“Ahora esos niños están en edad escolar y necesitan ser alfabetizados. Es importante que busquemos asegurar este derecho porque no hay perspectiva para que estas familias regresen a sus lugares de origen”, dice.
La hna. María de Lourdes explica que el Sector Arte-Educación de la Fraternidad-Humanitaria (FFHI) colabora con la educación no formal, pero no desarrolla actividades específicas de alfabetización.
Actualmente, la Fraternidad Humanitaria (FFHI) busca apoyar a las familias refugiadas de los albergues administrados por la organización en Boa Vista en el proceso de matriculación en las escuelas para cuando regresen a las clases presenciales, el 13 de septiembre, interrumpidas por la pandemia, pero las plazas son limitadas.
Con el apoyo del Instituto Pirilampos, la organización logró preinscribir más de 100 niños en la Secretaría de Educación para su matrícula y, esta semana, la Fraternidad – Humanitaria (FFHI) continuará la inscripción de niños y adolescentes en edad escolar.
“Estamos haciendo los esfuerzos necesarios con los equipos de los albergues para que la inscripción de todos esté garantizada”, dice la monja.
