Está en funcionamiento la primera panadería comunitaria en el refugio jardim floresta

El pan es uno de los alimentos de mayor necesidad humana. Cuando el proceso de transformación de la harina en pan involucra a las personas que serán las beneficiarias de esta actividad, promoviendo la generación de ingresos y la inserción en el mundo laboral, el hacer tiene un significado especial. Y aún más validado cuando estos alquimistas son los refugiados indígenas venezolanos, que viven en refugios en Roraima, bajo la gestión de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) y sus socios.

Panadería comunitaria en el refugio jardim floresta

Para abarcar esta propuesta se creó el proyecto de panaderías comunitarias en albergues. Aún no inaugurada, la primera panadería, instalada en Jardim Floresta, ya funciona como centro de formación. El gerente del Sector Soluciones Duraderas de la Fraternidad – Humanitaria(FFHI), Imer de Mirna, dice que la panadería está siendo equipada a través de donaciones de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF).

La primera actividad en la panadería, donde solía funcionar una cocina industrial, fue la formación práctica de los egresados ​​del curso de Panadería Básica, realizado por Senac, dirigido a diez indígenas de los Abrigos Pintolândia, Jardim Floresta y Janokoida, quienes recibieron un certificado al final del curso. Posteriormente se impartió el Curso de Buenas Prácticas de Manipulación de Alimentos, donde se capacitó a 20 personas.

Debido a la demanda, se ofrecerá un nuevo curso de Panadería Básica a un grupo de diez estudiantes, y se impartirá íntegramente en la panadería. Y según la calificación de los alumnos, se dictarán otros cursos como Panificación Intermedia y / o Avanzada.

Después de este período de formación, la panadería colectiva abrirá sus puertas para vender productos tanto a los residentes del refugio como a la comunidad circundante. “No solo pan sino también productos de repostería”, es lo que vislumbra Imer, quien ve la formación profesional de los involucrados como un medio para generar ingresos basados ​​en el rescate de la dignidad y empoderamiento de estas personas.

El proyecto

Con el propósito de encontrar soluciones duraderas a la creciente demanda de indígenas venezolanos refugiados, quienes se encuentran en albergues en la ciudad de Boa Vista, Roraima desde 2016, la Fraternidad – Humanitaria (FFHI), sus socios y la misma comunidad asistida, desarrolla estrategias adecuadas que promuevan la inserción de estas personas en el mercado laboral.

El establecimiento de panaderías comunitarias es un deseo auténtico de las comunidades involucradas. Es uno de los mecanismos para fomentar el emprendimiento y la creatividad en estas personas, además de promover la autonomía y aumentar la autoestima, pues ellos mismos serán los agentes del proceso, participando en todas las etapas -desde la formación profesional hasta la correcta gestión del negocio de forma compartida-.

“El proyecto también tiene como premisa responder al derecho fundamental inherente a todo ser humano: el derecho al trabajo digno. En este sentido, la propuesta se basa en las garantías legales de igualdad de acceso a los medios de vida en cumplimiento de los requisitos de la legislación correspondiente al emprendimiento propuesto. Con el compromiso y la adhesión de cada individuo, directa o indirectamente, todas las familias se beneficiarán”, concluye Imer.