La familia humana

El Día Internacional de la Familia, que se celebra hoy, 15 de mayo, tiene como objetivo debatir la problemática que rodea a este núcleo esencial de la sociedad y proponer medidas para apoyar a quienes se encuentran en situaciones vulnerables.

En la familia se transmiten los primeros valores éticos, morales y culturales, que influyen en el comportamiento de las personas a lo largo de toda su vida.

El día de hoy es un llamado para tomar consciencia y nos invita a:

  • Dar a conocer la importancia de la familia en la sociedad;
  • Subrayar el carácter básico de la familia en la educación de los hijos;
  • Transmitir mensajes de amor, respeto y unión, elementos esenciales para la relación de todos los componentes de la familia;
  • Alertar a la sociedad sobre los derechos y responsabilidades de las familias;
  • Sensibilizar a los ciudadanos sobre los temas sociales, económicos y demográficaos que afectan a la familia;
  • Sensibilizar a la población sobre los diferentes tipos de familia que existen.

Esta fecha se fijó el 20 de septiembre de 1993, en una deliberación de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para rendir homenaje a la familia, pero, sobre todo, para señalar los problemas y cambios radicales que esta «célula social» viene experimentando desde el siglo XX.

La ONU también destaca el papel de las familias en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 16 -Paz, Justicia e Instituciones Eficaces-, que pretende promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, proporcionar acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas en todos los niveles.

La familia humana

El cambio climático, las graves crisis socioeconómicas y la multiplicación de los conflictos han obligado a millones de familias a abandonar sus hogares y lugares de origen y trasladarse a otros países en busca de condiciones de vida dignas, a menudo colocándose en situaciones de riesgo.

Detrás del anonimato de estas cifras hay personas que se han enfrentado a lo imposible para llegar a un lugar seguro. No son sólo historias de desigualdad, desesperación y degradación, sino también de coraje y sueños de una nueva vida, de nuevas oportunidades, de vivir en un ambiente seguro, de tener un trabajo justo y, a menudo, de reencuentro familiar.

El director general de la Fraternidad de las Misiones Humanitarias Internacionales (FMHI), fray Luciano, advierte que «es muy importante comprender que estas personas han perdido familia, bienes materiales, profesiones, dejando atrás muchas cosas construidas y consolidadas, y parten hacia lo desconocido lo que les acarrea una secuencia de traumas que pueden interferir en la búsqueda de una nueva oportunidad».

Fray Luciano subraya también que «ser refugiado no es una elección, es no tener elección». Ante esta realidad, tenemos que buscar juntos, con abordajes interdisciplinarios, soluciones beneficiosas recíprocamente para estas personas y también para las poblaciones locales anfitrionas, para que tengan un resultado constructivo a medio y largo plazo.

Debemos acoger a estas familias de migrantes y refugiados con justicia, respeto y fraternidad, comprendiendo que todos formamos parte de una única familia: la familia humana.