Taller de Ollas de Barro

Las piezas están hechas a mano y el conocimiento se transmite de generación en generación

El Cultural y de Formación Indígena (CCFI), Centro coordinado por la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) ofreció el taller de Arcilla de la Abuela que permitió a los indígenas Macuxi transmitir parte de la sabiduría ancestral de su cultura modelando vasijas de arcilla para indígenas de otras siete etnias de Brasil, Venezuela y Guyana.

La artesanía de barro es una tradición indígena que se ha transmitido de generación en generación a lo largo de los siglos. Las vasijas de barro, que pueden parecer utensilios comunes e incluso sencillos, están cargadas de historias y tienen una enorme importancia en la vida de estas comunidades: contribuyen a mantener su identidad y el sustento de sus familias mediante el trabajo grupal.

Cocinar con una olla de barro es un acontecimiento muy relevante pues mantiene la temperatura, no libera productos tóxicos, preserva el valor nutricional de los alimentos, da un sabor único e inconfundible a las preparaciones y no contamina el medio ambiente, en caso de desecharse.

Patrimonio cultural

Lídia, de la etnia Macuxi, aprendió las técnicas de torneado de vasijas de barro cuando aún era una niña de su abuela, que, según ella, vivió más de 100 años. Hoy, Lídia es una maestra guardiana y transmisora de esta técnica que transforma la arcilla en arte.

Delciane, hija de Lídia y profesora del Taller, relata que empezó a trabajar en la elaboración de vasijas de arcilla cuando a su madre le diagnosticaron cáncer de mama. «Empecé a dar continuidad a nuestra cultura Macuxi. No quería que se extinguiera. Seguí con todas las enseñanzas que me transmitió mi madre. No por estar en la ciudad vamos a dejar de lado nuestras costumbres», dice.

La arcilla: un elemento místico

La elección de la arcilla es una parte importante del proceso de elaboración de las vasijas. Lídia explica que «cada utensilio necesita una arcilla específica, porque si se usa la incorrecta, la artesanía no se logra».

Luego de recogida, la arcilla se seca y se tritura. Una vez seca, se tamiza, se mezcla con agua y se deja en reposo durante unas horas. Tras este periodo, la materia prima ya puede ser manipulada por los artesanos.

Los moldes se hacen a mano, se pulen y se ponen al fuego. Según Lídia, además de representar toda la tradición de su pueblo, el proceso creativo también tiene un toque místico. Las niñas menores de 12 años, las embarazadas y las que están en periodo menstrual no deben hacer ollas, porque se enferman y las artesanías «no se logran», dice.

Imer, director del Sector Medios de Vida y SolucionesDuraderas de la Fraternidad (FFHI), acompañó todo el proceso de elaboración de las vasijas, desde la recolección de la arcilla hasta la cocción de los utensilios, y describe la fuerte conexión de los indígenas con estos elementos. «Fue posible ver cómo esta conexión fluye naturalmente para los indígenas. También fue notable el sentimiento de unidad del grupo, aparentando ser un solo pueblo a pesar de la presencia de siete grupos étnicos de tres países diferentes.  Parecía como si la tierra los unificara».

El elemento femenino de la arcilla representado por la «Madre Tierra» también se manifestó en la fuerte presencia de mujeres en el taller, más del 90% de los participantes, y fue facilitado por una madre (Lídia) y una hija (Delciane).

 Bien cultural inmaterial

Las vasijas de barro Macuxi son un patrimonio indígena inmaterial, aún en proceso de reconocimiento por parte del Instituto Nacional del Patrimonio Histórico y Artístico (IPHAN), con los primeros registros que datan de alrededor de 1870.

El joven Jarison, de la etnia Macuxi, habla de esta tradición con alegría: «la vasija de barro no es solo una vasija, porque detrás de esto de aquí (señalando una de las vasijas hechas en el taller) hay toda una historia de una abuela, Ko Ko Non, que en Macuxi significa ‘Abuela de barro’, y representa nuestra tradición».

Intercambiando información, multiplicando saberes

Las técnicas Macuxi de elaboración de vasijas de barro fueron transmitidas a indígenas de diferentes etnias, con diferentes culturas y tradiciones durante el taller, y es precisamente este intercambio de conocimientos el que contribuirá al mantenimiento de esta tradición Macuxi y ayudará a crear un vínculo de identidad cultural y memoria colectiva entre los pueblos indígenas presentes.

Según la indígena Wapixana-Macuxi, Tamara, la formación fue «de gran importancia porque así podemos llevar a nuestra comunidad los saberes y tradiciones de otros pueblos indígenas».

Boris Puerto López, servidor humanitario de la Fraternidad -Humanitaria (FFHI), destacó que, además de recuperar información ancestral y posibilitar un intercambio de saberes entre los participantes, el taller «también será una oportunidad para generar ingresos para las familias, una forma de vida».

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