Niños y jóvenes asistidos por la Misión Humanitaria de Angola aprenden sobre la importancia de la higiene personal.
Los servidores humanitarios de la Fraternidad – MisionesHumanitarias Internacionales (FMHI) promovieron una formación sobre Higiene Personal y su impacto en salud preventiva, en Luanda, Angola. Esta actividad estuvo dirigida a los líderes y educadores de la Casa de la Infancia Santa Isabel.
«Nos dimos cuenta de que era necesario poner de relieve la importancia de la higiene personal para el mantenimiento de la salud corporal de los niños y jóvenes. Y sabemos que necesitan ser educados en su propia higiene. Por esa razón dictamos una clase», explica la servidora humanitaria y monja de la Orden Gracia de la Misericordia, madre María del Huerto.
Cuenta que, durante el Encuentro, pudieron discutir juntos la importancia de hábitos simples como lavarse las manos, bañarse, cepillarse el cabello, los dientes, cortarse las uñas y cómo realizar la higiene íntima masculina y femenina para prevenir enfermedades del aparato reproductor. También señaló los diferentes tipos de enfermedades que se producen cuando no se realizan estas prácticas.
«Los jóvenes interactuaron todo el tiempo, mostrando un profundo interés en el tema, ejemplificando cómo ocurre la práctica de la higiene personal en sus vidas diarias, dándonos la oportunidad de instruirlos mejor sobre esta conducta. Se hicieron muchas preguntas, especialmente sobre las enfermedades que se producen cuando no nos higienizamos correctamente», explica.
Otro aspecto importante de la formación, destacado por la madre María del Huerto, fue el grado de «interés que mostraron en cómo ayudarse mutuamente en la realización de la higiene personal y lo concerniente al mantenimiento diario de la higiene personal y cómo hacerlo para no dejar de hacerlo cotidianamente».
Paula, una de las educadoras de la Casa de Santa Isabel, sabe de la importancia de todo lo que se transmitió durante la formación pues será una de las multiplicadoras de estos conocimientos y los transmitirá a los niños y jóvenes que acoge la institución.
«Hemos aprendido muchas cosas. Como educadores debemos mantener la higiene. Debemos aprender y transmitir a los niños y, muchas veces, transmitir no es hablar, es hacer», subraya.
Aprendiendo con creatividad, alegría y respeto
Las actividades lúdicas y explicativas ayudaron a conscientizar y entretener a los niños y jóvenes a la hora de transmitir los conocimientos sobre el tema. La madre María del Huerto refuerza la importancia de estos aspectos durante el proceso de aprendizaje y afirma que la formación fue una «experiencia muy importante porque todos la asimilaron de forma alegre, ligera y saludable».
A pesar del desafío de enfrentarse a una realidad que no colabora con el mantenimiento de la higiene personal, la servidora humanitaria señala que uno de sus mayores aprendizajes durante la Misión Humanitaria deAngola fue el uso de métodos creativos y compasivos para superar la falta de recursos materiales.
«Aprendí un profundo respeto por la condición humana y el esfuerzo por mantener la dignidad. Y sentí responsabilidad sobre esos seres. Aprendí más de lo que estaba enseñando», concluye.
