Valores de la Vida- Las costumbres

En los gestos, miradas y sonrisas de las mujeres se puede ver la alegría de poder vivir a diario la cultura indígena venezolana, manteniéndola viva, palpitando de la cabeza a los pies, en la bonita e integrada danza, en el bello y rítmico canto, en el trabajo artesanal, en el colorido alegre de la ropa que recuerda a la patria que quedó atrás.

A través del trabajo de la Fraternidad- Federación Humanitaria Internacional (FFHI), que desde 2016 coordina refugios en Roraima, estas mujeres pueden seguir velando por que hijos y nietos no olviden su origen. Pueden mantener la unidad, avivar la creatividad, mitigar la nostalgia, y, así, cantan, bailan y trabajan y están agradecidos de estar en un refugio que les posibilita continuar, con amor y dedicación, expresar su cultura, cultivando sus valores, conservando sus raíces.

“Somos así, cuando cantamos con amor y cariño, estamos muy felices de no perder nuestra cultura”. Teolinda, refugiada indígena venezolana.

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