La Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) fue una de las 4 organizaciones seleccionadas por el Programa Mesa Brasil -SESC en Boa Vista, Roraima, de las 25 inscritas, formando el grupo de 64 organizaciones que ya forman parte del Programa y que podrán recibir alimentos que serán entregados a comunidades y asociaciones indígenas y no indígena.
Entre las organizaciones que recibieron la donación de más de 2 toneladas de maíz, a través de la Fraternidad – Humanitaria (FFHI), están: Organización de Mujeres Indígenas Migrantes (OMIR), Consejo Indígena Najakara Moorü (Cinamo) y la Organización Indígena de la Ciudad (ODIC).
La coordinadora de la Misión Roraima Humanitaria, Cristiane de Oliveira Ferreira Soares, explica que «estas acciones minimizan los efectos del hambre y el desperdicio de alimentos, contribuyendo a la seguridad alimentaria y nutricional de las personas en situación de mayor vulnerabilidad, como los migrantes indígenas venezolanos que viven fuera de los refugios».
El Programa Mesa Brasil – Sesc es la mayor red de bancos de alimentos de América Latina y se considera una referencia en la lucha contra el hambre y el desperdicio de alimentos. Trabaja junto a socios -como centros de distribución y suministro de alimentos, ferias abiertas, cadenas de venta al por mayor y al por menor y la industria alimentaria- que donan los excedentes de producción o los productos fuera de las normas de comercialización pero en condiciones seguras para el consumo.
Empresas de los más diversos sectores ponen sus recursos y servicios a disposición de esta iniciativa. El programa asiste diariamente a miles de personas en situación de vulnerabilidad a través de instituciones socio-asistenciales y humanitaria registradas, como la Fraternidad – Humanitaria (FFHI).
Hambre x Desperdicio de alimentos
En Brasil, miles de personas sufren desnutrición y enfermedades causadas por la falta de alimentos adecuados. Datos de la Encuesta Nacional de Inseguridad Alimentaria en el Contexto de la Pandemia de Covid-19 indican que el número de familias con niños de hasta 10 años que pasan hambre en el país se duplicó entre 2020 y 2022. Y el número total de personas hambrientas superó los treinta y tres millones.
Estos datos son aún más impactantes luego de un estudio de la ONU que muestra que Brasil desperdicia, cada año, unos 27 millones de toneladas de frutas, verduras y otros alimentos en perfecto estado que no se venden en lugares como ferias, supermercados y restaurantes y acaban en la basura. Precisamente es en este punto de la cadena de producción y distribución de alimentos donde entran en juego programas como la Mesa Brasil – SESC y organizaciones como la Fraternidad- Humanitaria (FFHI), que contribuyen a reequilibrar esta ecuación tan difícil de resolver.
Seguridad alimentaria y nutricional
Según la Ley Orgánica de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Losan) de 2006, se entiende por Seguridad Alimentaria y Nutricional – SAN la realización del derecho de toda persona al acceso regular y permanente a una alimentación de calidad, en cantidad suficiente, sin comprometer el acceso a otras necesidades esenciales, sobre la base de prácticas alimentarias que promueven la salud, que respeten la diversidad cultural y que sean sostenibles desde el punto de vista ambiental, cultural, económico y social.
La integración de la Fraternidad – Humanitaria (FFHI) en el Programa Mesa Brasil, por lo tanto, representa un paso importante para la institución, ya que, además de garantizar la seguridad alimentaria de los indígenas venezolanos, amplía sus actividades en el ámbito nacional al implicarse en el programa destinado a reducir el desperdicio de alimentos.