Ollas de Barro: Cultura Ancestral y Generación de Ingresos

En el mes de diciembre, se produjo en el Centro Cultural y de Formación Indígena (CCFI) un taller más de «Ollas de Barro», dando continuidad al taller desarrollado en agosto de este año, trabajo conjunto entre la Universidad Federal de Roraima (UFRR) y la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI).

La actividad tuvo como objetivo mejorar las técnicas aprendidas en el primer taller y proporcionar un espacio de producción colectiva para la comercialización. La técnica ancestral de elaboración de utensilios de barro fue transmitida por ceramistas indígenas macuxi de la comunidad Raposa I, perteneciente a la Tierra Indígena Raposa Sierra del Sol, municipio de Normandía, Roraima, Brasil. Participaron trece indígenas de las etnias warao, ye’kwana y macuxi, produciendo cerca de cincuenta piezas utilitarias diferentes.

Además del fortalecimiento de técnicas ecológicas y culturales de generación de renta, este trabajo busca contribuir para la afirmación de la identidad indígena, la valoración de la cultura y el intercambio de conocimientos y experiencias entre indígenas de diferentes etnias brasileras y venezolanas, revitalizando la concepción indígena de la naturaleza y todo lo que la compone como sagrado.

Daiana Soares, profesora del Departamento de Artes de la Universidad Federal de Roraima, está desarrollando una investigación para el doctorado sobre la cerámica macuxi, trabajando con la cosmovisión del barro, la Abuela Barro, como es considerada por esos indígenas. Daiana enfatizó la importancia de este taller: «Hoy se está cumpliendo el propósito de haber enseñado en el primer taller las técnicas milenarias del barro. Hoy la gente tiene la oportunidad de que otros pueblos retomen esas técnicas, las cuales estimo que sus antepasados hacían, pero que quedaron aletargadas. La gente ve eso a través de la habilidad de los pueblos warao y ye’kwana.» La profesora Daiana enfatizó también la dificultad para estimar el valor de esas obras, cuya elaboración involucra desde subir la sierra para la recolección, retornar cargando el material, extender para secado al sol, moler, tamizar, mojar y hacer la masa, modelar, pulir, precalentar y quemar; además de la existencia de una serie de reglas espirituales para lograr un buen resultado.

Como ejemplo de esas orientaciones, Joana de Souza Fidelis, ceramista macuxi de la comunidad Raposa I, explicó que «hay que sacar el barro en la época correcta, tener paciencia, cuando hay mucha demanda y preocupación cuando comienza a agrietarse y quebrarse. El cliente no entiende». Joana señaló que inicialmente hacía las ollas solo para mantener la cultura, pues esta tradición se estaba perdiendo. Posteriormente, con el aumento de la demanda, comenzó a comercializar y ampliar la producción.

Frente al potencial cultural, ecológico y económico de la cerámica indígena, este segundo taller mostró la repercusión y el resultado del trabajo desarrollado, dando continuación y expansión al incentivar la producción en conjunto, proporcionando orientación, acompañamiento y todas las condiciones necesarias para una buena elaboración, incluyendo espacios adecuados, horno artesanal y suministro de materiales, incluyendo el barro. Boris Puerto, servidor de la Fraternidad Humanitaria aclaró que «en el primer taller adquirieron las técnicas y hoy se los puede ver con mayor autonomía en la producción para la comercialización. Las habilidades y la creatividad también van aflorando, con la creación de diversos modelos, pues además de las ollas tradicionales, se elaboran variedades más modernas, con mangos y tapas, además de otros utensilios, como platos, vasos, copas y jarros.

Vea los videos sobre los Talleres Ollas de Barro:

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