El Yo y el Todo – un viaje a través de la escritura creativa

Servidores de la Fraternidad- Misiones HumanitariasInternacionales (FMHI) realizaron  talleres de escritura creativa – «El Yo y el Todo» – con cerca de 30 adolescentes de entre 13 y 19 años, de la Casa de la Infancia Santa Isabel, en Luanda, Angola.

 En los talleres se trabajaron diferentes aspectos humanos y pedagógicos de los participantes, como el autoconocimiento, la reflexión sobre el cotidiano y la propia historia, y valores como la verdad y la cooperación, aportando nuevas percepciones acerca de sí mismos, de los demás y del mundo.

Además de las técnicas de juegos teatrales, narración de cuentos y escritura, también enseñaron a realizar una encuadernación artesanal, que consiste en coser hojas con cuerda, hilo y agujas. Se puede reutilizar el papel, encuadernar libros, hacer libretas de notaciones y cuadernos de diferentes tamaños.

Siguiendo con la preparación de la escritura creativa, se realizó una actividad de acuarela en la parte interior del cuaderno artesanal, o fanzine –publicación casera-), para que pudieran tener contacto consigo mismos, trabajar la noción de los ciclos transitorios de la vida y las emociones, a partir de la experiencia de los colores.

Estas actividades manuales que enlazan la costura y la acuarela trabajan la coordinación motora fina, la concentración, la capacidad de memoria y la observación, además de estimular la creatividad y el deseo de producir algo con sus propias manos.

Escribiendo la propia historia

La idea de crear un cuaderno o fanzine hecho a mano tuvo como propósito crear un diario para que los jóvenes pudieran practicar la escritura, contar sus historias o incluso crear otras nuevas, a partir de los elementos que se fueron trabajando durante los talleres.

«La escritura creativa es una metodología pedagógica muy eficaz porque permite a los participantes aprender a escuchar su mundo interior y trasladarlo al papel. Agudiza la voz interior y contribuye a expresar pensamientos, sentimientos y emociones», afirma Anderson Santiago, servidor humanitario que condujo la actividad.

Terapia de palabras

Al escribir, el individuo se expresa y se observa a sí mismo. Y cuando lee lo que escribe, todo puede adquirir nuevas percepciones y contornos. Además, al hacer un seguimiento de sus propios registros, se pueden percibir cambios y avances internos.

Sí… Escribir puede ser terapéutico y es un poderoso ejercicio de autoobservación, un viaje hacia el autoconocimiento, una aventura lúdica, creativa y placentera, que requiere amabilidad hacia uno mismo y mucha curiosidad.

La joven Concepción afirma, con entusiasmo, que el taller le enseñó muchas cosas nuevas, pero, sobre todo, al practicar la escritura creativa recordó hechos de su vida que había olvidado.

Para Caetano, escribir le ha ayudado a expresarse mejor delante de otras personas: «escribir me ayudó a sacar todo lo que llevo dentro, a contar todo lo que pasé».

«Fue un buen trabajo el que hizo la Fraternidad-Misiones Humanitarias (FMHI) aquí en Angola. Consiguieron despertar algunas cosas en nosotros», afirma Concepción.

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